III LEGISLATURA CONGRESO DE LA CIUDAD DE MÉXICO

CUADRO - copia

Reconoce diputada Martha Avila conmemoración de Semana Santa en Iztapalapa

  • Celebra declaratoria como Patrimonio Cultural Inmaterial de México de la representación de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo en Iztapalapa.
  • Este acto también representa “el viacrucis de un pueblo como el de Iztapalapa, que envuelto en la fe y la esperanza de los siglos andados, hoy se levanta sobre los poderosos, para infringirles, como el tlatoani Cuitláhuac, no una noche triste sino muchas noches tristes, para que el amanecer de sus vidas se extienda hasta lo más profundo del futuro”.

 

Iztapalapa es uno de los territorios con más arraigo católico en la Ciudad de México y el país, y como iztapalapense, me uno a esta comunión de fe que convoca   multitudes en torno a la Semana Santa, que conmemora los últimos días de Cristo, desde que predicó, fue arrestado, procesado y crucificado hasta su resurrección.

 

La fe católica en Iztapalapa es un río que empieza a crecer con los carnavales antes del miércoles de ceniza para desembocar en el viacrucis, siendo el más importante el que desde 1843 se realiza en Iztapalapa con la participación de los nativos de sus ocho barrios.

 

A este acto acuden millones de feligreses y turistas de México y el mundo, por lo que ahora no sólo es Patrimonio Cultural Intangible de la Ciudad de México, también Patrimonio Cultural Inmaterial de México.

 

Al respecto, nuestra alcaldesa Clara Brugada expresó: Esta declaratoria representa el triunfo del pueblo organizado durante los últimos 180 años de la representación y es, a su vez, un paso para la conformación del expediente técnico y postular (ante la UNESCO) a la Representación de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo en Iztapalapa a la lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

 

Comulgo con dicha declaratoria, porque el Cristo de Iztapalapa no sólo representa el Viacrucis de quien vino a abogar por los pobres y fue crucificado por los poderosos de entonces, sino también el viacrucis de un pueblo como el de Iztapalapa, que envuelto en la fe y la esperanza de los siglos andados, hoy se levanta sobre los poderosos, para infringirles, como el tlatoani Cuitláhuac, no una noche triste sino muchas noches tristes, para que el amanecer de sus vidas se extienda hasta lo más profundo del futuro.

 

Mi respeto y comunión con la fiesta de Semana Santa en Iztapalapa.